La formación del estudiante en historia no sólo se centra en la adquisición de unos conocimientos determinados; también es necesario este estudio porque el estudiante adquiere hábitos intelectuales como son la capacidad de síntesis y de crítica. Estas capacidades son imprescindibles para comprender e interpretar el pasado en general y, en particular, los comportamientos sociales, políticos, económicos y culturales de los distintos colectivos sociales.

I. Crisis del Antiguo Régimen: industrialización e Ilustración. II. Las revoluciones liberales. III. Estados nacionales e imperios coloniales. IV. Los cambios sociales del XIX. El movimiento obrero. V. El comienzo del siglo XX: la guerra total. VI. El comienzo del siglo XX: la revolución social. VII. La Gran Depresión. VIII. Las derechas autoritarias. IX. La Segunda Guerra Mundial: el planteamiento. X. La Segunda Guerra Mundial: las secuelas. XI. La descolonización. Iberoamérica. XII. Estados Unidos y la reconstrucción de Europa XIII. De la sociedad de consumo a la sociedad de la información. XIV. El nuevo orden internacional.

1. Clases magistrales Conocimientos básicos sobre la Historia mundial de los siglos XIX y XX. Dos sesiones en semanas impares. 2. Clases prácticas Análisis y comentario de: a) Documentos relevantes como textos, mapas o gráficos (con un guión o pauta aportada por el docente); b) Filmografía de ficción o documental más o menos contemporánea a los hechos (cuando posible). Dos sesiones en semanas pares. 3. Trabajo del estudiante: Asistencia a clase y resolución de las prácticas. Elaboración de un trabajo de curso sobre bibliografía o literatura de época. Preparación de la asignatura y prueba final