Los estudios culturales entienden la cultura como un proceso constitutivo, tan importante como las bases económicas o materiales a la hora de formar a sujetos sociales y acontecimientos históricos. Por ello, pueden ofrecer un prisma único para reflexionar acerca de temas tan complejos como la diversidad, bien sea ésta colectiva, ligada a identidades nacionales y sus configuraciones del otro, como en el caso de la inmigración; bien sea vinculada a conceptos de identidad y alteridad racial, funcional, generacional, de clase social, de género y orientación sexual.
A su vez, los estudios de diversidad no solo ofrecen la posibilidad de examinar de manera crítica diferentes modos de discriminación, sino que, además, pueden aportar maneras creativas para conceptualizar la diversidad como un valor cultural.