La capacidad de lectura y glosa de textos de épocas distintas de la propia, la escucha y aprovechamiento de lecciones magistrales, la duda sobre las representaciones que la actualidad produce sobre sí misma, el hábito de sospecha sobre los contenidos de los medios de comunicación y, en general, de la cultura oficial, tanto de masas como de élites, el distanciamiento irónico con respecto a los lugares comunes, las ideologías y la propaganda cultural, política y tecnológica, así como la práctica de una prosa castellana elegante, hipotáctica, rigurosa y alejada del lenguaje periodístico, pedagógico y burocrático.